jueves, febrero 07, 2008

DR. MONTES, LO SIENTO

jueves, febrero 07, 2008
No puedo creer lo que acabo de oir en la radio. Era en la Ser. Tiene que ser mentira, una pesadilla o algo peor. Si, es algo peor. Es real.

Acaban de llamar al doctor Montes nazi, y han dicho que se dedicaba a gasear a los enfermos terminales... Lo triste de esto es que lo ha dicho una señora que es presidenta de no sé que Asociación... y ha sido en un acto, en el que estaba Esperanza Aguirre, el doctor Montes, y esta "susodicha".

Ni aun cuando dice un juez que no hay indicios de delito te dejan en paz. Y ahora me invade un terrible egoismo. No sé que tanto por cien de la población padece estas enfermedades, pero desde luego es casi seguro que me tocará a mí o a algún ser cercano en nomucho tiempo.
Esta gentuza, lo que está haciendo es que si el día de mañana yo estoy en una unidad de estas, y sufro, y grito, y padezco... la solución que tomarán tanto médicos y personal sanitario será ponerse tapones en los oidos y mirar hacia otro lado. No, en realidad no creo esto, confio en la buena labor de los médicos, y que no se acobarden por esta gentuza. Pero tengo miedo.

Mi abuela falleció de cáncer. En la Unidad de dolor inentaron paliarle los problemas, pero hubo un problema con la morfina, no sé en que consistía exactamente. Poco después de colocarle una especie de bolsa que iba liberando poco a poco el medicamento y mandarla a casa, tuvo que volver al hospital y le tuvieron que quitar aquello. Fue horrible aquel último mes. Gritos, dolores, impotencia por su parte y por parte de los que le rodeábamos. Esto pasó hace ya quince años. Cada vez que oía noticias de los avances en cuidados paliativos me alegraba, y pensaba que ojalá hubieran existido hace quince años.

Un día oí que un geriatra, contaba el modo de pensar de ellos. Los geriatras se debaten y tienen que encontrar el equilibrio entre dar años a la vida o vida a los años. Me imagino que con estos médicos de unidades de dolor, pasa algo parecido. Ningún fármaco es inocuo, aunque se tomen todas las medidas posibles para evitar efectos adversos. Supongo que los que suministran a las personas que padecen estos dolores tampoco lo son. Su labor es fácil de contar y difícil de realizar, se debaten y buscan el equilibrio para con la mínima sedación (para evitar efectos no deseados) minimizar los dolores.

Después de toda la alerta que causó el caso, reservas y miedo a las personas ajenas a todo aquello (sí, reconozco sin tapujos que pensé que aquellas acusaciones tan graves tenian que tener unas sospechas muy fundamentadas, y con pruebas prácticamente irrefutables), nos encontramos con que estos señores actuaron y ejercieron bien su profesión. Toda mi desconfianza y la de tantos como yo cayó sobre sus espaldas. Finalmente hemos perdido todos.
  1. Los que más los médicos y personal implicado.
  2. Los familiares de las personas fallecidas, que les pusieron en una tesitura nada agradable.
  3. Los ciudadanos que dudamos y sospechamos, sin mantener a salvo la imparcialidad y el principio de inocencia.
  4. El sistema público de salud, y todos los avances en cuidados paliativos.
  5. La sociedad entera.

Desde aquí, me gustaría pedir perdón al menos en mi nombre por la sombra de sospecha que tuve y mantuve sobre todas estas personas, Dr Montes, equipo médico y Hospital en que sucedió.

He de decir que no duró mucho tiempo en mi caso la sospecha, pero existió, y es muy grave. Tengo sobre mi conciencia el haberme dejado influir por falsas afirmaciones y creido en algún momento que estos señores eran responsables de 400 muertes.

No hay comentarios: