Parece que cuando finaliza un año, aparece la nostalgia, y se ceba con nosotros. Y no sólo eso, sino que todo se alía a nuestro alrededor para que aparezcan mas y más recuerdos tiernos e infantiles... mas aún cuando el blog en el que apenas ya escribo, el próximo año, deberá pasar a llamarse cuarentaytantos o treintaytodos.
Buscando información de John Cheever por Internet, porque me estoy leyendo la geometría del amor, y uno de los relatos se llama el nadador. Así que me he topado con el trailer de la peli y con el gran Burt Lancaster.
No he podido hacer otra cosa que retrotraerme a mi infancia. Eran unas Navidades, y tenía yo siete u ocho años. La peli que ví fue "El Halcón y la Flecha", y me enamoré perdidamente de él. No sé que me gustaba más de él, si lo divertido y simpático que era, o las piruetas que hacía. Menudo acróbata.
Además, si la protagonista no era acróbata, ni deportista ni nada de eso, yo que ya tenía claro que el deporte no era lo mío, también podía ser la novia de Burt Lancaster, porque por supuesto, yo como mínimo era tan guapa si no más que las actrices de la peli... o eso me decían en casa.